Información amplia sobre el Metamizol, Para qué sirve, qué es, dosis, su uso como antiinflamatorio para la fiebre, en cápsulas, ampollas inyectable, pastillas, posibles efectos secundarios y más.

El Metamizol es el medicamento más expendido en España, sirve para aliviar y disminuir dolores leves, agudos o moderados y su uso debe estar prescrito por un medico, ya que no se vende sin receta.

¿Qué es el Metamizol ?

El Metamizol es un medicamento antiinflamatorio no esteroide, derivado de la pirazolona.

El Metamizol es un agente antiinflamatorio, analgésico y antitérmico no narcótico. El principio activo, metamizol, puede presentarse en forma de metamizol sódico o metamizol magnésico. Es un analgésico parecido al ácido acetilsalicílico y su diferencia con el uso del paracetamol es que su acción es superior en dolores agudos de tipo moderado o medio. Sirve como relajante muscular, por lo que también es bueno para aliviar los dolores tipo cólicos.

¿ Para qué sirve el Metamizol ?

El metamizol sirve para aliviar y quitar el dolor menstrual o de la regla. También sirve para el dolor de muelas, dolor de cabeza, la migraña, dolor de garganta y el dolor de espalda, pero su uso más extendido es para bajar o quitar la fiebre, ya que es un medicamento antipirético.

¿ Cuál es la dosis diaria recomendada de Metamizol ?

Teniendo en cuenta que el Metamizol es un medicamento que esta sujeto a prescripción medica, la cantidad diaria a tomar dependerá la indicación de su medico. No obstante, se puede tomar hasta 6 veces al día, cada 4 a 6 horas. La dosis máxima diaria es de 3.450 mg (correspondiente a 6 cápsulas o pastillas).

¿ Cuánto tarda en hacer efecto el Metamizol ?

El efecto del medicamento suele aparecer entre los 30 y 60 minutos después de la primera administración.

¿ Quién puede tomar Metamizol ?

El Metamizol esta indicado para adultos y niños mayores de 15 años, en niños y bebés, su administración debe ser estrictamente bajo la supervisión de su medico.

¿ Qué pasa si tomo demasiado Metamizol ?

Si te has pasado con la dosis diaria de Metamizol, podrían aparecer náuseas, vómitos, dolor del abdomen, deterioro de la función del riñón, y en ocasiones más raras mareo, somnolencia, coma, convulsiones, descenso de la presión arterial o incluso shock y aumento del ritmo del corazón (taquicardia).

Después de la administración de dosis muy altas de metamizol, puede producirse una coloración roja de la orina, la cual desaparece al suspender el tratamiento.

En caso de sobredosis o ingestión accidental consulte inmediatamente a su médico o farmacéutico. Información de la web de CIMA.

¿Efectos secundarios del Metamizol ?

Como todos los medicamentos, el Metamizol puede tener algunos efectos adversos, que en muy raras ocasiones pueden ser graves, estos son los comunes:

Digestivos: la mayoría de las reacciones adversas registradas fueron náuseas, sequedad de boca y vómitos. Se han observado erosiones gástricas con 3 g diarios de metamizol, pudiendo marcar esta dosis el límite de tolerancia gástrica en uso crónico. Muchos pacientes habían recibido de forma concomitante otros tratamientos (por ejemplo, AINE) asociados con la hemorragia gastrointestinal o habían sufrido una sobredosis de metamizol.
Hematológicos: leucopenia, agranulocitosis, trombocitopenia. La incidencia real de agranulocitosis es muy baja: del orden de 5-8 casos/millón de habitantes/año y la de anemia aplásica, de 2-3 casos millón de habitantes/ año. Las reacciones de agranulocitosis no dependen de la dosis y pueden ocurrir en cualquier momento durante el tratamiento.
Reacciones anafilácticas o anafilactoides: picor, urticaria, hinchazón, angioedema, broncoespasmo, arritmias, choque. Debe tenerse en cuenta, al escoger la vía de administración, que el riesgo de experimentar reacciones anafilácticas o anafilactoides es mayor cuando se utiliza la vía parenteral. Choque anafiláctico: estas reacciones se producen principalmente en pacientes sensibles. Por lo tanto, en pacientes asmáticos o atópicos se deberá prescribir metamizol con precaución.
Dermatológicas: erupciones, síndrome de Stevens-Johnson o síndrome de Lyell.
Otras: la reacción adversa más frecuente es dolor en el lugar de la inyección, seguida de sensación de calor y sudoración. Reacciones de hipotensión, cuyo riesgo se incrementa en los casos de administración intravenosa rápida. Color rojo en la orina.
En uso crónico no está exento de producir alteraciones renales: empeoramiento agudo de la función renal, proteinuria, oliguria o anuria, insuficiencia renal aguda, nefritis.
A altas dosis potencia el efecto de fármacos depresores del sistema nervioso central.

Sobredosis:

La intoxicación aguda puede llegar a provocar convulsiones, coma, paro respiratorio y cuadros de insuficiencia hepática y renal. Esta información fue obtenida de AEPED.